Relatos de la Atlántida
Nuestro héroe llega desde el Profundo Sur y busca acomodo temporal mientras empieza su Aventura De Hacer Otras Cosas.
—Mami, ya estoy aquí. Ya he recogido el coche y ya tengo dónde quedarme durante unos días.
—¿Sí? ¿Y estás en la isla correcta y no has perdido nada por el camino ni nada?
—Exacto. He mejorado mucho con la edad.
—Estoy muy orgullosa de ti, hijo mío, por fin te vas de casa.
—Mami, me he ido ya varias veces antes.
—Pero siempre vuelves, ¡y así no hay modo de apartar los muebles, tirar libros viejos y pintar el piso!
—¿Que has tirado QUÉ?
—Libros. Libros míos de la UNED.
—MIS LIBROS.
—No, no, eran MÍOS.
—Eran tuyos pero ahora son MÍOS porque los adopté yo y les di una nueva estantería.
—Seguro que no sabes ni dónde estaban.
—En el mueble grande de la terracita, justo entre la Enciclopedia de Economía y la Historia Del Profundo Sur.
—Ah, sí, bueno, DA IGUAL porque ahora esos libros son de los señores que se llevan el papel reciclado.
—ESTOY LLORANDO LÁGRIMAS DE SANGRE.
—Eso está bien, eso es salud.
—...

—Y aparte de este DRAMA, ¿qué tal? ¿Estás aprendiendo mucho?
—Sí, sí, muchísimo. Tengo dos semanas de cursos apasionantes.
—¿De lo tuyo?
—No, pero casi. He tenido un curso de Ver Radiografías, otro de Imposición de Guardias, otro de No Robar Datos De Pacientes, otro de Interpretación De Posos De Analíticas, otro de Bienvenido Al Electrocardiograma, otro de Nunca Decimos Cáncer Sino Neoplasia, otro de Protección Frente A Los Fármacos Oscuros...
—Vaya, ahora ya sé a quién preguntarle cuando esté enferma...
—¿A mi primo el ginecólogo?
—Eso es.
—¿Y cuándo pasen estas dos semanas?
—Ni idea, Dios proveerá.
—¿Y dónde te estás quedando?
—En el sitio más barato que he encontrado.
—¿Y el coche?
—Aún no lo he estrellado.
—¿Y no echas de menos el trabajo de profesor?
—JA.
—Pues ya sólo me queda preguntarte una cosa antes de colgarte y ponerme a hacer la comida.
—...
—¿Te han dado ya un pijamita de ésos de pasearte por el hospital?
—¡Sí!
—¡MI HIJO QUERIDO!
Labels: anecdotario, bio, las cosas de la vida
6 Comments:
La historia de alguien que deja la enseñanza y recala en la sanidad, si algún día la editas, propongo título: LA HISTORIA DE MI TRIUNFO
Me alegro tanto de que te vaya bien :))))))))))
¡PeT! ¡PeT! ¡PeT! ¡Que vuelva PeT!
JJ, ya veremos cómo sale el experimento pero, HEY, después de esto igual puedo ser estibador, taxista, reponedor del Carrefour o controlador aéreo. Lo importante es no aburrirse.
Inés, mira... No sé si hablar con detalle de los miembros de mi departamento porque somos tan pocos que no habría ningún anonimato PERO TELA.
Caín, ¡claro que sí! ¡Un día de éstos! ¡Cuando compre papel bonito! ¡Mañana o pasado!
Si no hubiera pasado lo que pasó el año pasado, habríamos podido cotillear de todo y de todos en Baeza.
Ahora tendrá que ser en petit comité. O algo.
Y sí, somos cuatro gatos y todo se acaba sabiendo. O eso cuentan.
¡Qué responsabilidad tan grande y tan JERMOCÍCIMA tener la vida de otras personas en tus manos!
(Sin presión, ¿hein?, sin presión).
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home